Fuente: ACEPRENSA
Autor: Miguel Sanmartín Fenollera
Editorial: Rialp ( Madrid (2022)
Género: Ensayo,
Decía Daniel Pennac que “el verbo leer no tolera el imperativo”, pero la lectura se puede contagiar. Miguel Sanmartín Fenollera es padre de dos hijas, a las que a lo largo de su infancia y juventud ha querido transmitir su amor por la lectura y por los buenos libros. De libros, padres e hijos recoge las reflexiones y propuestas que el autor ha dado a conocer desde hace dos años en un blog del mismo nombre, con el fin de compartir su experiencia con otros padres y educadores preocupados por el descenso de la afición a la lectura y de la capacidad de asombro entre los más jóvenes.
Cuando John Senior desafió el relativismo de los años 70 y se decidió a implantar el conocido Programa Pearson de Humanidades Integradas en la Universidad de Kansas, comprobó que no era fácil que los alumnos interiorizaran las enseñanzas proporcionadas por los grandes libros, debido, en parte, a que no habían desarrollado previamente un sólido hábito de lectura. Heredero tanto de ese legado como del de san John Henry Newman, el trabajo de un padre como Miguel Sanmartín tiene una importancia crucial, y hoy aun más, en una época en la que los jóvenes viven inmersos en una multitud constante de estímulos no precisamente dirigidos a desarrollar su pensamiento crítico.
En la actualidad, muchas universidades ofrecen programas de formación a través de la gran literatura, pero no encuentran una acogida adecuada, hasta el punto de que algunos especialistas formulan la necesidad de que sean los colegios quienes desarrollen programas de esta naturaleza para que los alumnos puedan apreciar mejor la educación liberal que debería ofrecerles la educación superior.
Pero Sanmartín no comparte teorías, sino un conjunto de experiencias vividas por él y su mujer para enseñar a sus hijas a ser verdaderamente libres: la búsqueda de los mejores momentos para leer, la creación de espacios de silencio o de lectura en voz alta, cómo dar facilidades a los hijos para elegir un libro e indicaciones para que no se conformen con leer lo primero que les llega a las manos, son algunos de los temas que aborda. Asimismo, explica estrategias para conversar sobre los libros, cómo respetar los gustos de cada uno o la manera de crear bibliotecas familiares. Es verdad que los hábitos y consejos de los que habla ayudan a crear un contexto que favorece la lectura, pero este libro sería un mero recetario si no fuera porque el autor comparte con el lector sus alegrías y sus perplejidades.
Para él, una educación basada en los grandes y buenos libros y asentada en la imaginación y el asombro es hoy más necesaria que nunca. Cuando emprendió su camino era consciente de que se estaba jugando el amor de sus hijas por la verdad, el bien y la belleza. Si se ha decidido a compartir su experiencia es porque sabe que la sociedad se juega lo mismo en cada hogar en el que se apaga o enciende la luz de un buen libro. Y no todos los libros tienen el mismo valor ni se deben leer a cualquier edad. Sanmartín advierte de que para poder moverse con soltura entre los grandes clásicos de la literatura un lector debe aprender a apreciar la belleza de las ilustraciones, participar de la poesía para admirarse ante lo creado y desarrollar la imaginación con los cuentos de hadas y las historias de caballeros y dragones.
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